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<Ica (Daniel Bravo/Rayda Flores).- Agentes del
Serenazgo del distrito de La Tinguiña en una
respuesta rápida y efectiva capturaron anoche a dos
sujetos depravados que con engaños raptaron a una
niña de nueve años y la llevaban a un lugar
desconocido, mientras en el camino le iban haciendo
tocamientos indebidos que le provocaron pánico.
Los sujetos Carlos Zárate Mendivil (43) y Miguel
Palomino Aguilar (39) minutos antes de que
realizaran su fechoría estuvieron bebiendo licor en
la vivienda de la madre de la menor, ubicada en el
sector Las Flores de Tinguiña Alta, con quien tenían
cierta amistad.
Alrededor de las siete de la noche se retiraron del
inmueble y abordaron el auto Tico color amarillo de
placa Y1D-413 dirigiéndose a otro lugar, porque la
madre de la niña les dijo que no los iba a atender
porque tenía que salir a comprar.
Cuando los individuos se desplazaban en el auto
interceptaron cerca de la vivienda a la niña que
estaba de retorno, pidiéndole que los acompañara a
comprar chupetes, a lo que ella accedió porque los
conocía y eran amigos de su madre.
Efectivamente, los agresores se dirigieron a la
zona del Convento compraron tres chupetes y luego le
dijeron a la niña que iban a dar un paseo. En el
trayecto Carlos Zárate comenzó a tocarle las
piernas, mientras que su cómplice le hacía
tocamientos en su partes íntimas, a lo que la niña
reaccionó bastante nerviosa y les pidió que la
llevaran de retorno a su casa, caso contrario iba a
gritar pidiendo auxilio.
Al ver la actitud resuelta de la menor que estaba
presa del pánico, los agresores dieron vuelta en U y
la condujeron hasta su casa. La niña descendió
corriendo del auto hacia los brazos de su madre que
preocupada la esperaba en la puerta de su vivienda,
y llorando le contó el terrible momento que había
vivido. Ante el terrible relato de su pequeña, la
madre se llenó de indignación y se enfrentó con los
malos amigos que habían agredido sexualmente a su
hija, pues un tocamiento indebido en partes íntimas
se considera como una agresión sexual que igual
causa trauma psicológico en la víctima, muy distinto
a lo que sería una seducción donde el agente
criminal actúa de una manera distinta y menos
agresiva.
Antes de ellos la madre llamó al Serenazgo de La
Tinguiña pensando que su niña había sido raptada,
por cuyo motivo los agentes municipales llegaron
hasta el lugar cuando la progenitora lidiaba con los
desadaptados, procediendo a intervenirlos y
conduciéndolos a la Comisaría Local.
La madre en la Comisaría narró todo lo que su
pequeña hija le había contado desde que los sujetos
la abordaron y la invitaron a subir al auto Tico
color amarillo, engañándola con que sólo irían a
comprar chupetes de fruta.
Por la agresión física y psicológica causada a la
niña de nueve años y dada la corta edad de la
agraviada, ambos sujetos recibirían una pena mínima
de 15 años, la que podría aumentar en caso el juez
califique el delito como secuestro, cuyo presupuesto
se da cuando una persona es retenida contra su
voluntad, sin tomar en cuenta el factor tiempo, pues
lo que importa es la intencionalidad y las
circunstancias.
Según el relato de los hechos, la niña estuvo
sometida (acosada y manoseada) por dos personas
adultas que por la naturaleza de sus edades inspiran
miedo; peor aún, cuando la conducían a un lugar
desconocido sin su consentimiento.>
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<Ica
(Daniel
Bravo / Rayda Flores). - Beamte der Sicherheitsgarde
("Serenazgo") des Distrikts La Tinguiña machten kurzen
Prozess und konnten diese Nach zwei verdorbene Objekte
festnehmen, die mit Betrügereien ein 9 Jahre altes
Mädchen beraubt hatten und es an einen unbekannten Ort
gebracht hatten. Auf dem Weg dahin hatten sie das
Mädchen auch noch unsachgemäss berührt und beim
Mädchen Panik produziert.
Minuten vor der Ausübung der Missetat hatten die
beiden Objekte, Carlos Zárate Mendivil (43) und Miguel
Palomino Aguilar (39), im Hause der Mutter des
jüngeren Alkohol getrunken. Das Haus befand sich
im Sektor "Die Blumen von Tinguiña Alta" ("Las Flores
de Tinguiña Alta"), und mit der Mutter verband sie
eine gewisse Freundschaft.
Ungefähr um 7 Uhr abends verliessen sie dieses Haus
und bestigen ein gelbes Tico-[Taxi] mit dem
Nummernschild Y1D-413 an einen anderen Ort, weil die
Mutter der Tochter ihnen sagte, weil die Mutter noch
einkaufen wollte.
Als die beiden Personen im Auto unterwegs waren,
trafen sie nahe des Hauses auf die Tochter, die nach
Hause kam, und baten sie, sie solle dabei sein, wenn
die beiden Lutscher kaufen würden. Das Mädchen stieg
ins Auto, weil sie die beiden Herren kannte und
Freunde der Mutter waren.
Nun fuhren die beiden Aggressoren in die Zone
"Kloster" ("Convento") , kauften 3 Lutscher und sagten
dem Mädchen, dass sie mit ihr einen Spaziergang machen
würden. Unterwegs fing Carlos Zárte sie dann an, an
den Beinen zu berühren, während sein Komplize ihr an
Intimstellen berührte. Das Mädchen reagierte sehr
nervös und bat darum, dass sie sie nach Hause
zurückfahren würden, und wenn nicht, dann würde sie um
Hilfe schreien.
Als die beiden die Reaktion der Kleinen sahen, die von
Panik erschüttert war, kehrten die Aggressoren mit
einem U-Manöver um und fuhren sie bis zum Haus. Die
Tochter rannte so schnell wie möglich in die Arme der
Mutter, die schon sorgenvoll in der Tür auf sie
gewartet hatte und erzählte weinend das Erlebte. Als
die Mutter die schreckliche Geschichte der Kleinen
hörte, wurde die Mutter immer empörter und stellte
sich den beiden schlechten Freunden, die ihre Tochter
sexuell angegriffen hatten, denn eine Berührung im
Intimbereich wird wie eine sexuelle Aggression
angesehen, die auch ein psychologisches Trauma beim
Opfer hervorrufen kann, sehr im Unterschied zu einer
Verführung, bei der der kriminelle Akteur dann sanfter
agiert.
Zuvor hatte die Mutter bereits die Sicherheitsgarden
("Serenazgo") von La Tinguiña angerufen, weil sie
geglaubt hatte, ihre Tochter sei entführt worden, und
deswegen kamen dann auch die Beamten zum Ort, als die
Mutter mit den beiden Desorientierten kämpfte, sich
darum bemühend, dass eingegriffen würde und sie in das
lokale Polizeikommissariat gebracht würden.
Die Mutter erzählte im Polizeikommissariat alles, was
sie von der kleinen Tochter erzählt bekommen hatte,
wie sie ins Auto eingeladen worden war, wie sie sie
betrogen hatten, indem sie gesagt hatten, sie wollten
nur einen Frucht-Lutscher kaufen.
Sie hatten an dem 9 Jahre jungen Mädchen eine
aggressive, physische und psychische Handlung
durchgeführt. Beide Objekte bekamen dafür die
Minimalstrafe von 15 Jahren, die, wenn der Richter
dabei auch noch auf Entführung entscheidet, auch noch
erhöht werden könnte. Dies wird in Fällen so
entschieden, wenn eine Person gegen seinen Willen
zurückgehalten wird. Dabei spielt der Faktor Zeit
keine Rolle, denn was gilt, sind die Absicht und die
Umstände.
Gemäss den erzählten Fakten wurde das Mädchen
überwältigt (angefallen und angetatscht), von zwei
Personen auf einmal, und dies hat durch die Natur der
Dinge dem jungen Mädchen Angst eingejagt; noch
schlimmer ist zu bewerten, dass dies alles an einem
für das Mädchen unbekannten Ort geschehen ist, ohne
die Zustimmung des Mädchens.>
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